martes, 26 de junio de 2012

España muestra su peor imagen una vez más.

De GuindosLa imagen de España recibe un nuevo varapalo por mediación de la misiva que el Ministro de Economía y Competitividad ha enviado a Jean-Claude Juncker, pidiendo el recate para la banca española. Si ya el propio rescate se encentra, por el momento, rodeado de toda clase de incertidumbres en torno a sus condiciones e incluso a su misma naturaleza, no me propongo echar una mirada a las consecuencias, ni al sentimiento de fracaso, de drama y de zozobra moral que trae consigo a nuestra ya maltrecha sociedad. Sin embargo, espero que sirva como muestra de nuestra acusada decadencia el propio texto de la carta, que dado su tono institucional, resulta aún más lamentable si cave,  que comprenda graves errores gramaticales. Personalmente, me da que pensar, leer estos escasos párrafos, que habrían de ser escritos con el mayor esmero y comprobar que parecen redactados por un bisoño estudiante de la ESO. Confío en que el señor Juncker desconozca nuestra ilustre lengua y no sea consciente de la pifia que le hemos remetido, en nombre de Luis de Guindos, en calidad de representante de España. Igualmente, me haría muy feliz que la carta publicada por los medios se corresponda con una versión preliminar y no con una copia del original, que ya ha recibido el presidente del Eurogrupo.

Con lo desagradable que ya resulta leer su contenido, la falta de comas, la pésima redacción, la desaparición de letras o la invención de palabras, nos recuerda el valor que el Gobierno y nuestra sociedad dan a la educación y a la cultura. Cada uno que juzgue con la dureza que considere necesaria, la calidad del texto y del equipo que ha redactado semejante despropósito.

Texto íntegro:

Tengo el honor de dirigirme a Usted en nombre del Gobierno de España, para solicitar formalmente asistencia financiera para la recapitalización de las entidades financieras españolas que así lo requieran. Esta asistencia financiera se enmarca dentro de los términos de la ayuda financiera para la recapitalización de las instituciones financieras. La elección del instrumento concreto en el que materializará esta ayuda, tendrá en consideración las diferentes posibilidades disponibles en la actualidad y aquellas que se puedan decidir en el futuro.

El Gobierno de España valora muy favorablemente la declaración de los Ministros del Eurogrupo del 9 de Junio, en la que se respaldan la determinación de las autoridades españolas de restructurar el sistema financiero y su intención de solicitar asistencia financiera para la recapitalización de las entidades financieras, por un importe suficiente para cubrir las necesidades de capital más un margen de seguridad adicional, hasta un máximo de cien mil millones de euros.

El Fondo para la Restructuración Ordenada Bancaria (FROB), que actuará en representación del Gobierno de España, será la institución receptora de los fondos que canalizará a las entidades financieras.

Las autoridades españolas ofrecerán todo su apoyo en la valoración de los criterios de eligibilidad, la definición de la condicionalidad financiera, el seguimiento de las medidas a implantar y en la definición de los contratos de ayuda financiera, con el objetivo de finalizar el Memorando de Entendimiento antes del 9 de Julio para que se pueda discutir en el próximo Eurogrupo. En este sentido, los dos ejercicios de valoración del sistema financiero español que acaban de realizar los dos expertos independientes así como el análisis FSAP [siglas en inglés del Programa de Asesoramiento del Sector Financiero] del Fondo Monetario Internacional, se deberían tener en cuenta como punto de partida”.

lunes, 18 de junio de 2012

La victoria del miedo

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Tras los deplorables resultados que han arrojado las elecciones griegas de ayer, el mensaje que Grecia y Europa han enviado al mundo es profundamente decepcionante: mediante el estímulo de la amenaza y el miedo, los fantasmas del mercado pueden hacer de nosotros lo que deseen. Por añadidura, una importante masa, ha olvidado los valores de civilización que venían definiendo a Europa, cayendo en los más depravados vicios de nuestros peores capítulos de la historia.

La sorpresa parece generalizada en los medios de comunicación ante el hecho de que una claudicación sin precedentes en la historia del continente, no sólo no ha tranquilizado a los mercados, sino que por el contrario los ha inducido al profundizar aún más si cabe en la espiral de miedo que entre todos hemos creado. Por supuesto que no baja la prima de riesgo, ni suben las bolsas. La voluntad de los rescatados parece más que nunca, abocarse a sufrir, dejándose llevar por un devastador continuismo. Con el panorama que arrojan las elecciones griegas, las operaciones a corto plazo en los mercados devastarán nuestras economías con total impunidad, mientras seguimos el sendero de las reformas que únicamente buscan dar seguridad a quienes desean desmontar nuestro modelo de estado, con el único fin de obtener beneficios mediante la especulación que los europeos estamos alentando. Mientras, corroídos por el miedo, satisfacemos los apatitos del mercado, con el fin de que éste nuevo dios del siglo XXI se apiade de nosotros, olvidamos que su voluntad, como la de toda deidad, no es humana, se mueve por instinto, se alimenta de nuestros miedos y por muchas concesiones que le otorguemos jamás calmaremos su apetito insaciable.

Hoy siento un profundo pesar al recordar lo que fuimos, al ver lo que somos y al pensar en lo que seremos.

jueves, 14 de junio de 2012

La única salida a la crisis

Union Europea 2

La situación en la eurozona se complica ya no día a día, sino con el simple paso de las horas. El futuro es incierto, los acontecimientos se suceden impulsados con una inercia que cada vez es más difícil detener. La sensación de que los tiempos políticos van muy por detrás de los económicos, se acrecienta. El peligro de esta combinación es potencialmente letal. Kissinger, en su célebre obra, Diplomacia, ya advierte del peligro de una circunstancia como ésta, al considerar que la capacidad de reacción del aparato militar durante la I Guerra Mundial, era muy superior a la del diplomático, con lo que la posibilidad de que éste aun pretendiéndolo, pudiese detener una guerra, en caso de iniciarse la movilización, era inexistente. bolsaAlgo muy similar se puede aplicar a la actualidad. La economía y la política parecen autómatas, marchando a diversas velocidades en dirección a un mismo precipicio. En esta carrera, la posibilidad de que la segunda dé caza y corrija el rumbo de la primera está más en entredicho que nunca, sin embargo ésta es nuestra única opción si no queremos precipitarnos al abismo.

Hemos de superar el hándicap de los tiempos y rápido. La única forma de que, lo que empezó como una crisis, no se convierta en una nueva coyuntura, si es que no ha ocurrido ya, es, parafraseando a Mao, dar el “Gran salto adelante”, y a poder ser, que no se parezca en nada al que impuso el “Gran timonel”. 

Burocratas y politicosEl cambio de rumbo sólo puede suceder mediante una actuación conjunta de toda la Unión. Esta es la palabra clave. Únicamente mediante la profundización en la Unión Europea puede salvarse la situación. Ha de ser el momento de la política con mayúsculas, el momento de superar esta Unión de Mercaderes, profundizar en la unión política, ceder soberanía, ahondar en la democratización de las instituciones, en definitiva crear, esta vez de verdad, la Unión Europea.

No son pocas las trabas, los experimentos fallidos de la década anterior, han pasado factura. La culpa de todo ello ha de ser socializada, todos hemos puesto nuestro grano de arena para crear esta gran montaña de problemas. La Constitución Europea en su momento nos pareció prematura, sinBarroso embargo pecaba de falta de altura de miras. El Tratado de Lisboa fue una salida natural a tamaño fiasco, parecía necesario salvar lo salvable y congelar lo demás hasta mejores tiempos, ¡que actitud tan nuestra! Amordazamos la iniciativa legislativa de la Comisión nombrando a políticos de bajo perfil, e idéntico destino diseñamos para los nuevos cargos de la UE. Lisboa no supone un avance en la integración, mas bien su detención. Fueron nuestros políticos, pero siempre con la cómplice aprobación de los pueblos de Europa, ocupados en problemas que hoy consideramos menores y que arrojaron un manto de niebla sobre el precipicio, que sólo los más avezados intuían que se interpondría en nuestro camino.

inutiles

Si fuese posible dejar a un lado las discrepancias políticas y las luchas internas por mantener el poder, que están desangrando  todas las naciones europeas, quizás habría una posibilidad de superar esta búsqueda de soluciones de compromiso, lo que en román paladino llamamos “medias tintas”, como: los pseudo-eurobonos, la unión fiscal… Es necesario un golpe, un giro radical  a la política europea, una cumbre, que reforme los tratados, con decisión y valentía, con la vista puesta en un futuro común, en una unidad política que trascienda la libre circulación de mercancías, personas y capitales, el futuro necesita algo más que un mercado. Máxime, si tenemos tratados ue2en cuenta que para que ese mercado y nuestras economías salgan del coma, necesitamos esa profundización. Durante años, se ha considerado a la UE como “un gigante económico y un enano político”. ¿En cuantos textos académicos habré leído los peligros que esta realidad supondría para nosotros y nuestras economías?

Únicamente la falta de voluntad política (tan efímera en su momento que no fue capaz de que la población mostrase el mínimo interés), unida a la evidente necesidad de adelgazar las clases políticas si este paso se llevase a cabo, ha detenido el avance. En contextos de crisis, la actuación natural de las naciones es cerrarse sobre sí mismas. Conocedores de esta realidad, en un primer momento se buscó evitar estas reacciones, recordemos aquella cumbre en Washington. 800px-Cumbre_de_WashingtonEn el caso europeo aún es más importante, dado que con una moneda común, la única salida viable ha de ser forzosamente común. Esta necesidad de actuar juntos, es nuestra gran ventaja, no hay posibilidad de éxito mediante políticas nacionalistas, sabemos que sería un fracaso, incluso para el mayor de nuestros países. Pero existe otra ventaja, esta vez decisiva, los habitantes de todos los países de la eurozona, están cansados de esta situación, la política de contención del gasto y equilibrio presupuestario nos aboca al desastre, no es suficientemente contundente como para tranquilizar a unos mercados que son como un fantasma que se alimenta de nuestros miedos.

BCELa media tinta ya no la creen ni quienes anuncian las medidas en ruedas de prensa, ni los periodistas que hacen las concernientes preguntas, ni los ciudadanos que escuchan las respuestas.  ¿Que ocurriría si un avance decisivo en la unidad política se propusiese en estos momentos?, siempre que incluya la cesión de todas las competencias tributarias a un nuevo ejecutivo de la UE, así como de política exterior, seguridad y defensa (esa vacuidad a la que solemos llamar Política exterior y de seguridad común), por supuesto reforma del BCE a fin de convertirlo en un verdadero Banco Central con todas las atribuciones y la independencia que un papel como éste requiere. Sin duda sería un revulsivo para todas las economías, nos convertiría en el centro de la atención mundial, el nacimiento de la primera potencia económica mundial y un actor político con gran peso específico en la escena internacional. Evidentemente toda duda sobre la fortaleza de nuestras pequeñas economías domésticas desaparecería junto con ellas. ¿En este contexto, en el que nos despertamos cada mañana mirando a Bruselas o a Berlín, alguien puede pensar que un nuevo tratado de la UE con estas características no tendría el suficiente apoyo de la población, la gran sufridora de esta crisis?ReichstagEvidentemente todos tenemos en mente naciones que jamás aceptarán un avance de estas características, alguna incluso ha consagrado toda su política a impedirlo, sin embargo ninguna de las que forman la eurozona se cuenta ahora entre ellas. ¿No podría ser éste el momento de la Europa de las dos velocidades? Ya se ha ensayado a pequeña escala, con la Cooperación reforzada, ¿por qué no llevarla a gran escala, máxime si la alternativa puede ser caer al abismo? La crisis nos ha dado una oportunidad de oro para dar el “Gran salto adelante”, lograr que la política se ponga a la cabeza y vuelva a marcar el ritmo y lo que es más importante, el rumbo de nuestro destino. La alternativa es perseguir al fantasma de la economía hasta el precipicio.

¿Es posible que la visión que Aristide Briand tuvo de los Estados Unidos de Europa, como forma de evitar la Segunda Guerra Mundial, aun pueda ser la solución a nuestros problemas 83 años después?