jueves, 16 de junio de 2011

Perspectivas de futuro en Asia, ¿China + India o Chindia?

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Esta entrada tiene como intención comentar uno de los últimos libros que he tenido el gusto de leer, Chindia: Asia a la conquista del siglo XXI, un libro de carácter marcadamente económico, que se centra en el gran progreso que en este ámbito han experimentado tanto China como la India. Del mismo modo se presta una especial atención a los efectos que puede tener a nivel global dicho crecimiento, teniendo en cuenta sus progresivas influencias políticas, en lo que constituiría un proceso de ascenso a una futura categoría de potencias chindiamás allá del ámbito regional. La conclusión del análisis del autor, Pablo Bustelo, es que ambos procesos de rápido progreso económico y comercial, tanto el indio como el chino, son efectivamente complementarios y susceptibles de encajar en una estrategia conjunta de desarrollo que facilitaría el crecimiento de ambos países, lejos de llevarlos a disputas y competencias entre ellos. Es en este contexto en el que hay que valorar lo acertado del termino Chindia, como referencia a esa complementariedad, frente a otros posibles panoramas, como por ejemplo el que correspondería con la formula “China más India”.

La situación demográfica que el libro nos indica en el primer apartado muestra una realidad perfectamente documentada en la obra y por tanto un primer punto diferencial en las perspectivas de desarrollo de ambos países, con lo que no insistiré más en el tema, pero si en las consecuencias que esto pude traer para China. En caso de que comience a contar con una población en proceso de envejecimiento tal y como se indica en el libro, antes de llegar a ser un país rico, se enfrentará a gravísimos problemas sociales que pueden ser un factor desestabilizador absolutamente decisivo que trunque las expectativas de crecimiento e incluso de llegar a ser efectivamente una gran potencia. Es posible que la pujante economía china se llegue a ver ahogada en la necesidad de destinar una creciente cantidad de recursos al establecimiento de estructuras asistenciales, de sanidad y seguridad social, unido al necesario gasto en infraestructuras, modernización y educación. Todo ello sumado al déficit democrático que presenta puede llegar a quebrar la armonía y estabilidad social de la que el régimen (al que por el momento no lo faltan apoyos) hace gala, a pesar de las diferencias que existen entre las diferentes regiones.

El caso Indio es la antítesis demográfica de China, ya que camina hacia mantener una sociedad joven a largo plazo. A pesar de ello, nuevamente encontramos un país que carece de importantes infraestructuras, siendo incapaz de ofrecer servicios tan básicos como el agua corriente o la electricidad prácticamente a la mitad de su población.

En el caso de India, encontramos en los últimos datos económicos de crecimiento un toque de atención. Según datos del Real Instituto Elcano[1] las previsiones de crecimiento que se apuntan en la obra de Pablo Bustelo, no se han cumplido y la crisis ha afectado a los resultados económicos, que muestran que el crecimiento económico se ralentiza para este país. En este mismo documento se habla de que en el contexto actual “entre los potenciales efectos de la crisis financiera mundial en Asia se podría incluir de nuevo la percepción de una situación de escasez energética que podría alentar a los países a adoptar medidas para asegurar su acceso al suministro de energía en el futuro”, sin descartar un posible contexto de conflicto, si bien asegura que esto sería el peor de los casos. Pero todo ello es muy relevante dado que Chindia, se centra en su mayoría en datos económicos que son previos a la crisis económica de 2008.

En referencia a la posibilidad de que la estos dos países sean decisivos a la hora de configurar un nuevo orden multilateral, es evidente que en la medida en que aparezcan nuevos estados que puedan competir con las anteriores potencias, el orden internacional se verá trastocado y China ganara influencia a nivel político. Igualmente para el caso de India o de Brasil, lo que se parecía en que las reformas de los llamados mesianismo de Bretton Woods están ya en marcha, si bien con intensidad variable. Resulta evidente que la capacidad para actuar en solitario de EEUU como única potencia de forma exitosa se encuentra más que entredicho, cada vez más necesitada del apoyo de aliados, pero ello no indica que su capacidad se vea mermada en lo militar o lo económico. Al menos durante un largo periodo esta situación se mantendrá, con lo que resulta evidente que la configuración del sistema multipolar dependerá de los éxitos, los fracasos o los conflictos que se den por parte de estos nuevos estados en ascenso, y también de las actuales potencias.

India-China-big_978339a El autor tiende a quitar importancia a los posibles enfrentamientos o conflictos que puedan darse entre India y China, lo que es lógico, ya que es fácil comprender que de su colaboración pueden obtener mutuas ventajas, por ejemplo en el plano energético. Falta ahora ver como se traduce en la realidad las buenas formas que se aprecian y la búsqueda de colaboración de los actuales gobiernos. Entiendo que al menos en la India, las tendencia de los gobiernos pueden cambiar y en todo caso unas necesidades energéticas tan acuciantes como las que se avecinan para sostener el crecimiento de ambos países pueden llevar fácilmente otra vez a una competición por los recursos, ya que pugnaran por el control de recursos que serán progresivamente más escasos, en los que compiten igualmente otros muchos países.

india-china_relations1Para poder apoyar la idea anterior me referiré al último capítulo del libro, en él se afirma que es muy probable que China e India se dirijan a un escenario en el que sus economías sean complementarias y en buena medida de ahí vendría la formula “Chindia”. Pero mi modo de entender las cifras económicas, las especializaciones productivas de las que se nos habla en el libro y todo lo dicho hasta ahora en este reflexión sobre el mismo, me impulsan a inclinarme por la formula “China más India”. Según todos los datos aportados, la India parece el “Hermano pobre” de China. Es cierto que ambas son las potencias regionales indiscutibles, pero en todos los parámetros encontramos que la India se encuentra sustancialmente por detrás de la China en lo económico, incluso en el crecimiento, a pesar de que en el futuro la demografía se prevea que le será favorable. Más aun, en algunos pasajes, Pablo Bustelo deja caer que en caso de competencia entre ambos, India parte de una posición de clara inferioridad. Únicamente en lo relativo a los servicios informáticos encontramos que la India está en una posición comparativamente favorable, si bien es cierto que no se descarta en ningún caso que China pueda desarrollar una industria capaz de competir con la India, incluso se indica que ya están creando instituciones de formación en esa dirección. Otro dato que el libro no oculta y que puede apoyar lo que trato de defender, es que la India estaría especializada en artículos de menor valor añadido que China en casi todos los casos, con lo que la especialización sin competir con China la condenaría a una posición de “segundón regional”. En este sentido, a largo plazo no parece descabellado que la posición de China para la obtención de las imprescindibles materias primas energéticas sea mucho mejor que la de la India y en un contexto en el que China podría competir con una ventaja comparativa clara con la india, es dudoso que la política de colaboración se mantuviese en esa materia de importancia capital. De esta forma si no se diese colaboración energética y especialización productiva, o sin una de ellas, la existencia de una “Chindia” resultaría dudosa.


[1] Pankaj Vashisht y Sriparna Pathak. La crisis económica mundial y la India: un análisis. http://www.realinstitutoelcano.org/

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