

En 2016 puede que estemos hablando de que la primera economía mundial sea China en vez de los Estados Unidos, sin embargo eso no significa necesariamente que pueda decirse que este país asiático sea la nueva gran potencia mundial. Para ello han de entrar en consideración otra serie de factores, si bien es cierto que la influencia china en el sistema internacional se encuentra en clara tendencia al alza. Pese a ello, resulta evidente que la influencia de ambas potencias no es ni remotamente comparable, una circunstancia que no cambiará sino a largo plazo. Esto no puede llevarnos a pensar, en modo alguno, que Estados Unidos disfruta todavía de la capacidad para actuar de forma unilateral en cualquier conflicto. Lo más razonable es asegurar que algo así no volverá a producirse, con el impacto que todo ello tiene en la defensa de sus intereses.
En este sentido, China se encuentra, por el momento, cómoda, con los Estados Unidos dominando la escena internacional y ocupándose de los conflictos internacionales, interviniendo ésta, únicamente cuando sus intereses pueden verse afectados. A ninguno se nos escapa que hoy mismo podemos apreciar la praxis de todo esto con solo ojear la prensa.

Las comparaciones entre ambas potencias son muy complicadas, ya que nos estamos enfrentando a dos realidades bien diferentes. En casi todos los campos influyen gran cantidad de variables, que obedecen a una sociedad, economía y sistema político casi antagónicos. Ambos tiene campos concretos en los que juegan con ventaja, sin embargo, también sufren sus respectivas desventajas comparativas.


Puede resultar engañoso recrearse en los retos de futuro que habrá de enfrentar China, mientras se asegura que muy próximamente desarrollará el papel de la primara economía del planeta. China lidera un impulso internacional que está trayendo cambios de gran importancia a las instituciones internacionales,
especialmente a las de carácter económico. Parece inevitable que en un corto periodo de tiempo, el reinado de los americanos y sus fieles escuderos europeos, en los órganos económicos internacionales podría tocar a su fin. ¿Es posible que en los próximos años un chino llegue a ocupar el cargo de Director de BM o del FMI? Lo que parecía una quimera un tiempo atrás, ahora no solo es posible, sino que el abanico de candidatos podría ser realmente amplio. ¿No sería también posible que fuese un indio, o un brasileño?


Yo mismo me pregunto, sin duda inspirado por este economista: ¿Podría ser que Estados Unidos se mantenga tan anclado a sus creencias y reacio a cambiar, como lo fue la vieja Europa en su momento en relación a ellos?
¡Muy interesante! Me has dejado pensando con esa última pregunta....
ResponderEliminarRubén, te he concedido el premio al Blog Original, te resultará extraño recibir este premio desde mi blog http://largalenguadelagartija.blogspot.com.es/ pero ya sabes que las lagartijas hacen cosas así y tú te mereces el premio.
ResponderEliminarenhorabuena! :D