martes, 28 de junio de 2011

Drama ecológico y social en Bangladesh, reciclaje en Occidente.

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Los buques que se construyen en todos los rincones del mundo, suelen llevar a cabo sus singladuras durante largos períodos de tiempo, atrayendo grandes beneficios a sus navieras. Pero siempre llega un momento en que lo que antes era una genialidad de la técnica, se convierte en una viejo cascarón lleno de tecnología anticuada, que consume demasiados recursos y tiende a requerir cada vez más frecuentes revisiones y reparaciones, las cuales suelen ser muy costosas. Cuando llega ese día, da comienzo la parte más oscura y desconocida de la vida de un buque. Tanto CBS News como Al Jazeera han intentado esclarecer y recordar, en occidente, lo que ocurre con su vieja chatarra marina.

En 1996, en el curso de una tormenta en las costas de Bangladesh, un buque quedó varado en una playa. La población del lugar comenzó a aprovechar sus piezas y finalmente no quedo nada de él, todo fue reutilizado, para la construcción y equipamiento de los hogares de los lugareños o vendido como chatarra.

Chitttagong-deshuesadero (1)Desde ese momento lo excepcional se convirtió en norma. Pronto hombres de negocios del lugar se dieron cuenta de que tenían entre manos una verdadera mina, en el sentido más estricto del termino, ya que el país asiático carece de minas con las que proveer materiales básicos para la construcción, y si algo sobra en un buque en proceso de desguace es precisamente esto.

Con afán de lucro, cada vez más buques que terminaban sus días eran comprados y varados en las antaño paradisiacas playas de Bangladesh, el que no sale en los folletos publicitarios de las agencias de viajes. Un ejército de trabajadores, que viven ya en las propias playas entre los restos de los navíos, se dedica, con las manos desnudas, a reducir a los gigantes de acero a pequeñas laminas, que reciclar para nuevos usos. 2900030306002No hay tecnología, no hay medidas de seguridad, en algunas ocasiones no hay ni zapatos. El arma más mortífera de que disponen para desmontar los sólidamente construidos buques es un soplete de mano. Pertrechados de este modo, penetran en las entrañas de buques desconocidos. Cada día en un laberinto distinto de paisillos y tubos, desmontando todo a su paso, con la esperanza de no eliminar una pieza básica de la estructura o de no colocar el soplete cerca del depósito equivocado, para no volar por los aires. De este modo, no es extraño ver en las playas, no solamente heridos, sino mutilados, que regresan al trabajo. Y es que cobrando en torno a 1 € al día, no hay muchas más opciones.

Es cierto, no obstante, que de estos viejos barcos se recicla más del 90% de sus materiales, pero el resto queda en la playa. Gran parte de estos se corresponde con materiales aislantes muy tóxicos o aceites y demás fluidos de maquinas, ya que el buque no se preparado de ninguna manera para su desguace. Evidentemente, cuando hablamos de que llegan a las playas de Bangladesh más de 100 buques cada año, el desastre ecológico adquiere carácter de tragedia.

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Las legislaciones ambientales, local e internacional son ignoradas por esta lucrativa práctica. Es una situación que no va a cambiar a corto plazo, ya que la racionalidad económica de estas operaciones es inapelable. Dicha actividad provee al país de una gran cantidad de materiales y no solamente acero, también cocinas, tuberías, lámparas… lo que para un país tan pobre se ha convertido en una fuente de riqueza imprescindible, aunque también insostenible.

2215961635_70f0aa3246_oA todo ello hay que sumar el hecho de que para los navieros, el proceso de desguace de un buque en EEUU, en Europa y en la mayoría de los países resulta sumamente caro, dados los estándares de seguridad y las obligaciones medioambientales que es necesario cumplir. No es extraño escudar estas practicas en argumentos como el de que en Bangladesh se recicla para nuevos usos la chatarra, dado a entender que es una actividad de lo mas virtuosa. Sumando todos estos factores resulta evidente que el negocio en Bangladesh vivirá todavía un lago periodo de auge, aumentando el drama ecológico y social de uno de los países más pobres de Asia.

2 comentarios:

  1. Cuán perverso puede llegar a ser el hombre, dispuesto a pisar con su superioridad económica sobre tantas y tantas vidas que son tan fácil y cruelmente utilizadas.

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  2. Hay quien diría que el hombre es malo por naturaleza.

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